6.- La respuesta retadora de un jesuita
Me entregué casi por completo en mis estudios durante
ese período, aprovechando las horas en que mi orden me permitía retirarme a mi
celda, para pensar en otra cosa, mi gran problema. Durante meses, me gustaba
estudiar la estructura y organización de la Iglesia primitiva, directamente de
las fuentes apostólica y patrística. Sin embargo, todo este trabajo no se puede
hacer totalmente en secreto. Parecía evidente que mi vida exterior se vio
fuertemente afectada por esta gran preocupación que había abrumado todos mis
intereses y minó todas mis fuerzas. Nunca perdí la oportunidad de investigar
desde el exterior del monasterio, lo que podría contribuir a arrojar luz a mi
problema. De esta manera empecé a discutir el tema con eclesiásticos conocidos
en relación con la confianza que tenía en su franqueza y su corazón. De esta
manera iba a recibir continuamente las impresiones y opiniones sobre el tema,
que fueron para mí siempre interesantes y significativas.
Encontré a la mayoría de estos clérigos más
fanáticos de lo que esperaba. A pesar de que eran plenamente conscientes de lo
absurdo de la doctrina de la Papa, que junto con la idea de que "la
petición para el Papa exige un consentimiento ciego de nuestros puntos de
vista", y en la otra máxima por el fundador de los jesuitas: "que
puede poseer la verdad y no caer en la falacia, se lo debemos a que siempre
dependen del axioma básico e inmutable de que lo que vemos como blanco en
realidad es negro, si eso es lo que la jerarquía de la Iglesia nos dice".
Con este sesgo fantástico un sacerdote de la Compañía de Jesús me confió con el
siguiente pensamiento:
"Lo que me dice
reconozco que es más lógico y muy claro y cierto. Sin embargo, para los
jesuitas, además de los habituales tres votos, le damos un cuarto durante el
día de la tonsura. Este cuarto voto es más importante que el voto de la pureza,
la obediencia y la pobreza. Es el voto de que estamos totalmente con el Papa.
De esta manera, prefiero ir al infierno con el Papa que al paraíso con todas
sus verdades".
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