En
días pasados, he estado buscando algo de material que me ayude a organizar las
actividades de una pequeña capilla para atender y fortalecer a una pequeña
comunidad (muy pequeña en verdad) en cuanto al trabajo pastoral, de fe y
testimonio que como cristianos ortodoxos, debemos presentar en la sociedad en
la que vivimos.
La
parroquia es la iglesia local. Es ahí a
partir de donde podemos ofrecer la Iglesia a las personas que la buscan,
análogamente a la manera en cómo Jesucristo se entregó por ella misma. Para ello, tendríamos que contar con una
organización básica que nos permita hacer trabajo de apostolado en un país en
donde la Fe Ortodoxa es prácticamente desconocida. De ahí que se necesite la confluencia de
ideas de varios de los parroquianos sobre cómo llegar a la demás población con
el mensaje del Evangelio de nuestro señor Jesucristo; programar actividades que
involucren a la sociedad en búsqueda de un bienestar en común y que a final de
cuentas, les haga la vida más simple y cercana al Creador de todos nosotros.
En
éste ejercicio de organizar nuestros esfuerzos, corremos un gran peligro que es
el de caer en la secularización de nuestra propia parroquia. Vemos parroquias en países de origen no
ortodoxo con mayor presencia de diáspora ortodoxa que el nuestro (como los EEUU
o Canadá) que cuentan con una vida parroquial bastante bien organizada:
consejos parroquiales que se reúnen mensualmente, sociedad de damas, sociedad
de adolescentes, bingos, rifas, tesorerías, etc. y uno pensaría que esa sería
la meta a seguir.
Sin
embargo, éste tipo de organización al que se ha llegado en dichos lugares ha
abrazado la secularización: muchas de las veces, estos aspectos organizativos llegan
a ser más importantes que la misma Iglesia en sí, más importantes siendo que lo
único más importante es adorar en cuerpo, mente y espíritu a Dios. Cualquier otro aspecto parroquial que pierda
de vista ésta verdad eminente se encuentra fuera del camino de la
Ortodoxia. Cuando la venta de íconos,
komboskinis, boletos para rifas y pollocoas se hacen más importantes que la
Recta Adoración a Dios, sabremos que hemos secularizado a nuestra parroquia.
La
clave que justifica la reunión de dos o más personas es alabar el nombre de
Dios. El fin de la Iglesia conformada
por nosotros es el de dar testimonio de nuestra Fe y entregarse de la misma
manera en que Jesucristo se entregó por nosotros. Cualquier otro fin que se busque es vano y
secundario a éste primero que se anuncia: proclamar el Evangelio, camino de salvación,
de nuestro señor Jesucristo.
Que
sea la organización parroquial un instrumento para llevar y vivir la Fe a los
hogares ortodoxos y acercar a aquellos que aún no la conocen; sea ésta para
expresar un testimonio perdurable y permeable a toda la sociedad en que vivimos
y sea ésta para fortalecernos por medio de acciones en las enseñanzas del
Evangelio de Jesucristo.
Gloria
a Dios por todo,
Marcos
Hipodiácono.
Todos sus comentarios al respecto son bienvenidos!
ResponderEliminarHola soy Catolico y pertenezco a un movimiento Ecuménico llamado Verdadera Vida en Dios entregado por Jesus a la Sra Vassula Ridend que pertenece a la Iglesia Grecaortodoxa y nos recomienda meditar la Oración de Jesus mejor conocida como Saltiario Ortodoxo o Komboskini y quería preguntar si ustedes saben donde puedo conseguir uno en Torreón Gracias
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